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Does temperature have an effect on the propagation of the new coronavirus?

The answer is that we don't know, yet. However, José Vidal-Gancedo has been analyzing these past days the virus propagation throughout the world.

Anna
31 March 2020
After analyzing the data and reading some articles related to the effect of the environmental conditions (temperature and humidity) on the propagation of the new coronavirus SARS-Cov-2, he wrote an article, which was finally published in La Vanguardia (28/03/2020). He also was interviewed by Aquí Cuní in SER Catalunya (31/03/2020). You can listen the interview and read the article here.

*From the ICMAB we give support to our researcher's works, and we would like to clarify that this is the author's personal opinion, not necessarily the ICMAB opinion regarding this subject. This is not the current research field of the researcher nor the ICMAB. 

You can find the article published in La Vanguardia (27/03/2020) following this link in this image: 

And you can listen to the short interview at Aquí Cuní (SER Catalunya) i(31/03/2020) in this image:

 

Some articles related to this topic:

Here we copy the text published in La Vanguardia, in its longer version:

¿Se acabará la pandemia con la llegada del buen tiempo?

La capacidad de propagación de la pandemia del Covid-19 está desgraciadamente demostrada y en su velocidad de propagación influyen factores como cuando y como aparecen los primeros casos en una zona y la toma de medidas más o menos contundentes y rápidas para controlar su expansión. También influye el hecho de que aparezcan focos descontrolados de infección e incluso la forma de relacionarse la población entre sí o que la gente sea más disciplinada o no a la hora de cumplir con los confinamientos. A todo lo dicho hay que añadir la capacidad de reacción y detección de nuevos casos que depende fundamentalmente del nivel económico y sanitario de cada país.Evidentemente son muchos factores los que pueden influir en la propagación del virus, pero los factores descritos por si solos no explican las grandes diferencias observadas en la propagación del virus en las diferentes zonas de la Tierra.

Si miramos el mapa de los casos detectados en del mundo que proporciona la universidad Johns Hopkins[1] o el que ofrece RTVE es su excelente web específica del coronavirus[2] podemos ver la gran diferencia que hay en la velocidad de expansión de la pandemia en el mundo. Observando la evolución de la expansión de la pandemia desde su inicio, extraña que la propagación en las zonas más cálidas de Asia parezca mucho más lenta que en la China continental o que, mientras su extensión por el hemisferio norte es imparable, en África o América Central y del Sur es sólo testimonial. Tiene que haber algún factor determinante que se nos escapa y que tenga una influencia decisiva en la tasa de propagación. Este factor podría ser la temperatura ambiente.

A mediados de marzo, apareció un artículo de Cristina Herrera en las noticias del portal de previsión meteorológica El Tiempo.es,[3] sobre la posible estacionalidad del coronavirus. En él, cita y comenta un artículo publicado por investigadores de la universidad de Maryland [4] que me llamó mucho la atención y en el que los autores relacionan la capacidad de propagación del virus con la temperatura y proponen que la máxima facilidad de propagación del virus se podría dar en un intervalo estrecho de temperaturas, concretamente entre 5 y 11 ºC. Esta es la temperatura media que había en Wuhan durante los pasados meses de enero y febrero.

Efectivamente, a medida que la pandemia se extendía por el mundo, los brotes más virulentos se iban distribuyendo por una estrecha franja del hemisferio norte con condiciones ambientales similares: primero China, luego Irán, Corea del Sur, Italia, con su aumento espectacular. Después Francia, Inglaterra, Alemania, España y, últimamente, Estados Unidos. Es la zona de color verde de la Figura 1. Sin embargo, la correspondiente franja de temperaturas en el hemisferio sur casi no pasa por zonas pobladas.[5]

 Figura 1: Temperatura media del mes de marzo de 2019 en todo el mundo. La zona de temperaturas entre 5 y 11 ºC, se corresponde bastante bien con la zona de color verde oscuro. 

En la Figura 1, he marcado en rojo los focos más activos de la pandemia durante el mes de marzo. No he puesto Wuhan, ya controlado y en el que la temperatura se está volviendo más cálida. Sí que aparecen, Japón, Corea del Sur e Irán en Asia. En Europa, la zona con esas características es bastante amplia, y cubre el norte de Italia, el centro y norte de España, toda Francia, Suiza, Países Bajos, parte de Alemania y Gran Bretaña. En Norte América, la fina franja va zigzagueando desde Nueva York hasta al estado de Washington.

Figura 2: Ampliación de Europa con la temperatura media del mes de marzo de 2019.  

En la Figura 2, se muestra la zona de Europa de la Figura 1 ampliada. Se puede ver que una interpretación tan sencilla como la de la temperatura media del mes, se relaciona con bastante exactitud con los focos de mayor propagación del virus (hay que tener en cuenta que los datos de que disponemos son de marzo de 2019 y no 2020). Así, en Europa, se puede explicar por qué el foco más expansivo en Italia es en el norte del país y no en el sur, más cálido y por qué en Francia, Bélgica, Holanda e incluso en Inglaterra y Alemania el número de casos es alto mientras que en los países del norte y este de Europa el proceso va algo más lento ya que hace aún demasiado frío como para que las condiciones de propagación sean las óptimas (entre 0 y 5 ºC).

Por último, se puede entender que en España los focos más agresivos sean en el centro y norte de la península mientras que en levante, Murcia y Andalucía e incluso Galicia la evolución sea más lenta. De hecho, según indica RTVE en su web, el número de casos detectados por cada 100.000 habitantes a fecha 27 de marzo por comunidades es el siguiente: Superior a 200 casos, La Rioja, Madrid y Navarra; superior a 150 casos, el País Vasco, Castilla la Mancha, Castilla y León y Cataluña; superior a 100 casos, Cantabria y, por poco, Extremadura. Entre 50 y 100 casos, Aragón, Asturias, Galicia, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares. Por debajo de 50 casos se encuentran las regiones más cálidas de la península: Murcia y Andalucía. La única comunidad que presenta un número inferior de 40 casos, a pesar de haber sido donde se detectaron los primeros casos de coronavirus en España, son las islas Canarias, con una temperatura media en marzo muy superior a la del resto de España.

Aunque en el interior de casas, edificios, medios de transporte, etc., la temperatura está controlada, no podemos decir lo mismo de las condiciones en el exterior que dependen evidentemente del clima y es aquí donde está la clave. Hay muchos ejemplos de aglomeraciones de gente en el exterior en el que el contacto es estrecho: Eventos deportivos, manifestaciones, fiestas populares, bodas, entierros y tantas otras. Probablemente, en estos casos y en condiciones ambientales “óptimas”, el virus es capaz de sobrevivir más tiempo en las gotitas esparcidas por las personas enfermas y el espacio de contagio se puede ampliar considerablemente.Si esta dependencia de la capacidad de contagio del virus con la temperatura es tan decisiva como parece, podemos aventurar que, en las próximas semanas, la capacidad de contagio irá disminuyendo en una España cada vez más cálida conforme la franja de temperaturas óptimas para el virus, se desplaza hacia el norte. Por el contrario, en zonas del norte y este de Europa o Rusia, parece que lo peor estaría por llegar. Además, a medida que el invierno avance en el hemisferio sur, zonas como el sur de Chile y Argentina, Sudáfrica y el sur de Australia estarían seriamente amenazadas.

Confiemos que este factor, junto con el empeño que estamos poniendo todos juntos, nos permita ir doblegando esta pandemia. 

José Vidal-Gancedo (27/03/2020)

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