Los más conocidos, y que gozan de una mayor resonancia mediática, son quizás la noelectrónica y la nanomedecina. No obstante, los nuevos retos medioambientales y la exigencia de avanzar hacia un modelo energético sostenible neutro respecto al clima, constituyen un revulsivo extraordinario para el florecimiento de un nuevo escenario en el cual los materiales nanoestructurados puedan convertirse, a medio plazo, en claves para hacer viables diversas tecnologías emergentes.

En todas las tecnologías prometedoras involucradas, el mayor reto es la consecución de materiales nanoestructurados funcionales eficientes, y a la vez de bajo coste. Es por ello que el extraordinario elenco de nuevas metodologías de nanofabricación basadas en la aproximación "bottom-up" constituye una verdadera revolución tecnológica que abre la puerta a lo que puede llegarse a denominar "Energía naotecnológica".